Por HÉCTOR VECINO RUEDA
Instructor Centro Industrial de Mantenimiento Integral- Girón
A Sairo Moisés Fernández López la vida le cambio en el séptimo grado. Allá en Curití, en la provincia de Guanentá en Santander, en cualquier día de junio de 2001, su proyecto de vida tuvo que ser modificado; una explosión, el sonido de esa guerra lejana, retumbó en sus oídos y pasado el estruendo, en el silencio, descubrió que sus piernas ya no estaban con él.
Desde entonces, con la ayuda de su hermano Dilmo, de Yolanda González en el Hogar Jesús de Nazareth y ahora en el SENA, ese momento que parecía el fin, se ha transformado en una posibilidad para salir adelante.
Hace un poco más de dos meses, Sairo Moisés llega todos los días al Centro Industrial de Mantenimiento Integral, CIMI, de Girón en su ‘tricimoto’, con una agilidad de imitar baja su silla de ruedas, se cambia de ‘vehículo’ se pone la braga y con su material de trabajo se dirige al taller de mecánica automotriz.
Al principio hubo un poco de temor o si se quiere duda, especialmente por la falta de una infraestructura, pero poco a poco Sairo fue abriendo él mismo las puertas, su calidad humana, su competencia intelectual y sus capacidades técnicas disiparon el problema…“la mente del discapacitado siempre ha sido abierta para todo, pues uno sabe que todo el mundo necesita de alguien; por ejemplo, un muchacho discapacitado llega al SENA y va a hacer torno. No le pregunte cómo lo va hacer, dígale venga para acá hágase con este compañero y miren como lo hacen, no usted solo, sino en equipo, porque de eso se trata de un equipo…Eso fue lo primero que me dijo un instructor cuando entré, venga yo le explico, hagamos las cosas entre los dos…”
Para Sairo todo está muy claro, “Al discapacitado no hay que buscarle formas de impedirle, sino cosas para ayudarle, primero hay que ponerle a alguien y luego hay que dejarle solo, porque el ve que es capaz y cuando el vea la necesidad él lo hace, de resto no le pongan impedimentos…”
Mirada al pasado
Las huellas de la guerra, de la violencia inmisericorde llega a todas las regiones y una de esas pisadas fue la que le cambió la vida a este Santandereano de padres mogotanos, nacido en Curirtí el 12 de mayo de 1987.
“Mi discapacidad es producto de un accidente. Unos amigos encontraron un artefacto explosivo y se lo llevaron para la casa; yo estaba donde mi hermana y salí para donde mis amigos en Curití, no sabía que tenían eso: Tan pronto llegué los vi que estaban molestando algo, los saludé, ‘¿cómo les fue con el trabajo?’ (estaban cogiendo culonas), cuando de repente explotó…
“Era un artefacto muy grande, 115, un mortero. Las consecuencias fueron dos muertos y tres amputados; en mi caso perdí las dos piernas y otros dos amputados perdieron de a una…los muertos un primo y un amigo…”
“Fui al hospital, luego fui al hogar Jesús de Nazareth con la señora Yolanda González, traté con mis prótesis pero vi que no era posible, después me fui a vivir con mi hermano…
Se trata de Dilmo, su hermano mayor, para quien sólo tiene palabras de gratitud: “Primero que todo fue la familia, siempre la familia. Mi hermano Dilmo, por no tener los padres vivos, es con el que siempre he hablado, el es mi parte materna y mi parte paterna, es la persona más importante en la vida mía.”
Cuando sufrió el accidente Sairo Moisés estudiaba séptimo grado en el colegio Eduardo Camacho Gamba de Curití y apenas un año después retomó sus estudios en el Colegio Salesiano San Juan Bosco. “El proceso de adaptación no fue de parte de mis compañeros a mí, sino fue de parte mía hacia ellos, los muchachos siempre se portaron bien, siempre tuve amigos, siempre de mi misma edad y algunos mayores…”
Sairo terminó su bachillerato en el 2006 en la especialidad de electricidad.
El deporte la primera terapia
Superada la primera etapa de su rehabilitación, de haber hecho su propio duelo, el deporte -sin lugar a dudas- ha sido un gran apoyo, de la mano del medallista, también discapacitado y tercero en el mundo, Moisés Fuentes García y del técnico William David Jiménez Niño.
“Conocí la natación por intermedio de Moisés Fuentes; ese año fui a Juegos Nacionales, luego fui a Panamericanos Juveniles donde gane tres oros, cinco platas y un bronce...¡¡¡me fue muy bien!!!. Después entrené natación competitiva en Colombia, soy el primero categoría S-6 en todas las distancias, generalmente en la que quedo de segundo es 50 metros mariposa, de resto en todas soy campeón nacional.
“Ahora estoy haciendo atletismo, gracias al apoyo de Juan Gamboa, gerente de Orthosander, pues ya superé las expectativas en natación, el año pasado fui a la maratón de Pereira y quedé cuarto, luego estuve en Cali y fui décimo; este año espero volver a esa maratones y ganar.
Y ahora el SENA
Con la primera oferta educativa del 2008 llegaron otras ilusiones para Sairo Moisés Fernández López, de la baraja de posibilidades escogió Mantenimiento eléctrico y electrónico de automotores, con una convicción y espíritu de superación dignos de envidiar… “decidí venir al SENA, porque la electricidad es lo que me gusta y porque es algo que me sirve para la vida; entonces sé que si me puedo especializar en automotores, puedo tener mi propio taller, mi propio concesionario, mis propias cosas…
“El proceso ha sido muy bueno, ya que con la mano firme del instructor Néstor Mantilla todos los compañeros estamos dispuestos a aprender. Nosotros queremos seguir, aprender más, no solo quedarnos en la parte eléctrica y electrónica, porque podemos renovar, inventar y eso es lo que queremos.
“Si nosotros queremos ser grandes debemos aprender muchas mas cosas, aprender sobre gas, sobre motores, sobre tipos de combustión, no queremos quedarnos aquí, queremos avanzar mucho más…
“Los muchachos se han portado muy bien porque yo ya viví ese proceso y yo sé como tratar a la gente. En mi caso yo sé como hacerlo, yo sé como moverme debajo de un carro, subirme a un carro, mirar una farola, porque mas que nadie yo conozco mi propio cuerpo y yo sé hasta donde llegar…
Al final un mensaje
Terminada la conversación, Sairo expresó su sentimiento y su mensaje: “La idea es que el SENA nos beneficie a todos; por ejemplo si hacen una rampa que no sea para mi solo, sino para que puedan pasar todos. La idea es que todos vengan; el SENA ya me abrió las puertas a mí y de ahora en adelante no se le puede negar a nadie la entrada. Mi idea es hacer un buen papel para que el SENA pueda dejar entrar a más personas discapacitadas…”
Instructor Centro Industrial de Mantenimiento Integral- Girón
A Sairo Moisés Fernández López la vida le cambio en el séptimo grado. Allá en Curití, en la provincia de Guanentá en Santander, en cualquier día de junio de 2001, su proyecto de vida tuvo que ser modificado; una explosión, el sonido de esa guerra lejana, retumbó en sus oídos y pasado el estruendo, en el silencio, descubrió que sus piernas ya no estaban con él.
Desde entonces, con la ayuda de su hermano Dilmo, de Yolanda González en el Hogar Jesús de Nazareth y ahora en el SENA, ese momento que parecía el fin, se ha transformado en una posibilidad para salir adelante.
Hace un poco más de dos meses, Sairo Moisés llega todos los días al Centro Industrial de Mantenimiento Integral, CIMI, de Girón en su ‘tricimoto’, con una agilidad de imitar baja su silla de ruedas, se cambia de ‘vehículo’ se pone la braga y con su material de trabajo se dirige al taller de mecánica automotriz.
Al principio hubo un poco de temor o si se quiere duda, especialmente por la falta de una infraestructura, pero poco a poco Sairo fue abriendo él mismo las puertas, su calidad humana, su competencia intelectual y sus capacidades técnicas disiparon el problema…“la mente del discapacitado siempre ha sido abierta para todo, pues uno sabe que todo el mundo necesita de alguien; por ejemplo, un muchacho discapacitado llega al SENA y va a hacer torno. No le pregunte cómo lo va hacer, dígale venga para acá hágase con este compañero y miren como lo hacen, no usted solo, sino en equipo, porque de eso se trata de un equipo…Eso fue lo primero que me dijo un instructor cuando entré, venga yo le explico, hagamos las cosas entre los dos…”
Para Sairo todo está muy claro, “Al discapacitado no hay que buscarle formas de impedirle, sino cosas para ayudarle, primero hay que ponerle a alguien y luego hay que dejarle solo, porque el ve que es capaz y cuando el vea la necesidad él lo hace, de resto no le pongan impedimentos…”
Mirada al pasado
Las huellas de la guerra, de la violencia inmisericorde llega a todas las regiones y una de esas pisadas fue la que le cambió la vida a este Santandereano de padres mogotanos, nacido en Curirtí el 12 de mayo de 1987.
“Mi discapacidad es producto de un accidente. Unos amigos encontraron un artefacto explosivo y se lo llevaron para la casa; yo estaba donde mi hermana y salí para donde mis amigos en Curití, no sabía que tenían eso: Tan pronto llegué los vi que estaban molestando algo, los saludé, ‘¿cómo les fue con el trabajo?’ (estaban cogiendo culonas), cuando de repente explotó…
“Era un artefacto muy grande, 115, un mortero. Las consecuencias fueron dos muertos y tres amputados; en mi caso perdí las dos piernas y otros dos amputados perdieron de a una…los muertos un primo y un amigo…”
“Fui al hospital, luego fui al hogar Jesús de Nazareth con la señora Yolanda González, traté con mis prótesis pero vi que no era posible, después me fui a vivir con mi hermano…
Se trata de Dilmo, su hermano mayor, para quien sólo tiene palabras de gratitud: “Primero que todo fue la familia, siempre la familia. Mi hermano Dilmo, por no tener los padres vivos, es con el que siempre he hablado, el es mi parte materna y mi parte paterna, es la persona más importante en la vida mía.”
Cuando sufrió el accidente Sairo Moisés estudiaba séptimo grado en el colegio Eduardo Camacho Gamba de Curití y apenas un año después retomó sus estudios en el Colegio Salesiano San Juan Bosco. “El proceso de adaptación no fue de parte de mis compañeros a mí, sino fue de parte mía hacia ellos, los muchachos siempre se portaron bien, siempre tuve amigos, siempre de mi misma edad y algunos mayores…”
Sairo terminó su bachillerato en el 2006 en la especialidad de electricidad.
El deporte la primera terapia
Superada la primera etapa de su rehabilitación, de haber hecho su propio duelo, el deporte -sin lugar a dudas- ha sido un gran apoyo, de la mano del medallista, también discapacitado y tercero en el mundo, Moisés Fuentes García y del técnico William David Jiménez Niño.
“Conocí la natación por intermedio de Moisés Fuentes; ese año fui a Juegos Nacionales, luego fui a Panamericanos Juveniles donde gane tres oros, cinco platas y un bronce...¡¡¡me fue muy bien!!!. Después entrené natación competitiva en Colombia, soy el primero categoría S-6 en todas las distancias, generalmente en la que quedo de segundo es 50 metros mariposa, de resto en todas soy campeón nacional.
“Ahora estoy haciendo atletismo, gracias al apoyo de Juan Gamboa, gerente de Orthosander, pues ya superé las expectativas en natación, el año pasado fui a la maratón de Pereira y quedé cuarto, luego estuve en Cali y fui décimo; este año espero volver a esa maratones y ganar.
Y ahora el SENA
Con la primera oferta educativa del 2008 llegaron otras ilusiones para Sairo Moisés Fernández López, de la baraja de posibilidades escogió Mantenimiento eléctrico y electrónico de automotores, con una convicción y espíritu de superación dignos de envidiar… “decidí venir al SENA, porque la electricidad es lo que me gusta y porque es algo que me sirve para la vida; entonces sé que si me puedo especializar en automotores, puedo tener mi propio taller, mi propio concesionario, mis propias cosas…
“El proceso ha sido muy bueno, ya que con la mano firme del instructor Néstor Mantilla todos los compañeros estamos dispuestos a aprender. Nosotros queremos seguir, aprender más, no solo quedarnos en la parte eléctrica y electrónica, porque podemos renovar, inventar y eso es lo que queremos.
“Si nosotros queremos ser grandes debemos aprender muchas mas cosas, aprender sobre gas, sobre motores, sobre tipos de combustión, no queremos quedarnos aquí, queremos avanzar mucho más…
“Los muchachos se han portado muy bien porque yo ya viví ese proceso y yo sé como tratar a la gente. En mi caso yo sé como hacerlo, yo sé como moverme debajo de un carro, subirme a un carro, mirar una farola, porque mas que nadie yo conozco mi propio cuerpo y yo sé hasta donde llegar…
Al final un mensaje
Terminada la conversación, Sairo expresó su sentimiento y su mensaje: “La idea es que el SENA nos beneficie a todos; por ejemplo si hacen una rampa que no sea para mi solo, sino para que puedan pasar todos. La idea es que todos vengan; el SENA ya me abrió las puertas a mí y de ahora en adelante no se le puede negar a nadie la entrada. Mi idea es hacer un buen papel para que el SENA pueda dejar entrar a más personas discapacitadas…”
1 comentario:
Me parese unpesar de sus incapasidades fisicas.posee muchas capasidades intelectuales que lo motivan a uno a no rendirse a nada,porque ver que una persona con dicapasidades fisicas no se rinde eso le enseña a uno a valorarse y a darse cuenta que la una discapasidad que al ser umano le puede perjudicar es no valorarse y no descubrir sus capacidadesa historia de mucho valor ,porque a
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